La silla les quedó grande

2024-08-27T22:50:00.000-04:00

En Puerto Rico, la democracia enfrenta un desafío crucial: los procesos electorales, pilares fundamentales de nuestra participación cívica, han sido cooptados por prácticas antidemocráticas. La silla de la democracia, diseñada para sostener la voluntad popular y garantizar la representación equitativa, parece ahora demasiado grande para aquellos que la ocupan y buscan aferrarse a su control. En lugar de ser un espacio de debate plural y decisiones colectivas, se ha convertido en un escenario donde los intereses partidistas y las manipulaciones políticas eclipsan la verdadera voz del electorado. Es hora de cuestionar quiénes ocupan esta silla y exigir un retorno genuino al poder del voto como expresión soberana de nuestra ciudadanía.

El 2020 culminó con los números más bajos de participación electoral en décadas, alcanzando apenas un 55% del electorado inscrito, una caída significativa comparada con el 80% de participación en las elecciones del 2000. Sin contar con todas las irregularidades en las elecciones del 2020 que al día de hoy quienes ocupan la silla no han querido investigar y aclarar, desde fallas en los sistemas de votación hasta denuncias de manipulación de resultados. Abogan por un sistema electoral para el pueblo, pero sin la participación del pueblo. La realidad es que, con cada acción, demuestran que ocupan una silla que les quedó grande hace tiempo. En un país donde se agudizan las crisis, y la vía electoral para hacer cambios en la política pública cada vez se ve más distante de la gente a la que dicen representar, es evidente que necesitamos una reforma electoral profunda y urgente para recuperar nuestra democracia.

Durante cuatro años, esperamos en vano que el PPD cumpliera su promesa de derogar el nefasto Código Electoral de 2020. Este código, diseñado a la medida del PNP, fue creado para garantizar su permanencia en el poder, a pesar de que sus números de simpatía han bajado drásticamente en las últimas décadas. Así, llegamos a un 2024 sin un andamiaje electoral listo para los comicios de noviembre, sin poder real alguno para el resto de los partidos en la toma de decisiones dentro de la CEE, pero, sobre todo, sin la voluntad de quienes ocupan esa silla de poner a Puerto Rico primero. 

Por eso lo decimos y lo reiteramos: el 2024 tiene que ser del país…de una Alianza de País.  Que sea el electorado el que conduzca el proceso electoral, que conozcan sus derechos, que velen sus votos, y que, por fin, ocupen la silla que al bipartidismo le quedó grande.

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