
La Isla de los Cráteres: Carreteras Rotas, Obras Detenidas, y Gomas Destruidas
2024-10-22T10:02:00.000-04:00

Cuando Corretjer escribió Boricua en la Luna, jamás imaginó que las carreteras del país serían algún día tan parecidas a la superficie lunar. No hay que esforzar mucho para ilustrar lo que ya todos sabemos: conducir en Puerto Rico es una fuente inagotable de frustración.
La pésima condición de las carreteras no solo dificulta el tránsito y alarga el tiempo de viaje, sino que complican las finanzas de los trabajadores, quienes deben cubrir de su bolsillo los costos de gomas, reparaciones inesperadas y la depreciación acelerada de sus vehículos.
Obras detenidas por años, parches de brea en todas partes, y puentes en estado de colapso, sumado a la falta de coordinación entre la Autoridad de Carreteras, los municipios, y Metropistas, son solo la punta del iceberg de un problema mayor.
La magnitud del problema
Un informe del 2018 estimaba que Puerto Rico tenía más de 20,000 cráteres en sus carreteras. Aunque no existe una actualización a esos números, la realidad es que el problema evidentemente continua y es plenamente visible.
Gran cantidad de proyectos y obras viales se encuentran paralizadas, algunas por años, debido a disputas burocráticas entre el gobierno central y los municipios, asi como la falta de diligencia de las autoridades en procurar los fondos asignados para estos fines.
La falta de diligencia por parte del PNP es más que evidente. El proyecto para la reparación del tramo de Cayey a Salinas se ha extendido ya por siete años desde el paso de María. Es imposible comprender qué provoca tanto atraso cuándo otros países construyen proyectos de ingeniera mucho más grandes y complejos en una fracción del tiempo.
En el 2023, por ejemplo, la secretaria del DTOP, Eileen Vélez Vega anunció el programa ‘Cambiando Carriles’ donde cada municipio informaría las tres carreteras que mayor urgencia de atención. Sin embargo, todavía a principios de este año los alcaldes denunciaban discrimen por parte del gobierno central por la falta de diligencia en atender la larga lista de carreteras en mal estado en sus municipios.
Vicios de construcción, como los de los puentes de la PR-52 a la altura de Cayey o el infame badén de la Kennedy, permanecen sin tan siquiera un plan de atenderlos, y los estimados del director de la Autoridad de Carreteras y Transporatación, Edwin González, tomaría 45 años optimizar las carreteras del país.
Irónicamente, el actual candidato a la comisaría por el PNP, William Villafañe, ha convertido la falta de diligencia de su propio partido en una promesa de campaña, asegurando pedirán la extensión de los términos para obtener estos fondos, a pesar de que ha sido su propio partido quiénes han ocupado el gobierno los pasados siete años.
Denuncia y protesta ciudadana
Enfrentando la apatía gubernamental, grupos de ciudadanos han buscado maneras de traer atención a los problemas que sufren los caminos y carreteras de sus comunidades.
En Orocovis, por ejemplo, vecinos llegaron a organizar una fiesta de cumpleaños para un hoyo en la PR-772, el cuál llevaba cuatro años sin ser reparado. En la #1 de Caguas a Guaynabo, una mata de plátanos fue sembrada en un profundo hoyo, a manera de denuncia pero además para alertar a los conductores del peligro.
Páginas en redes sociales como Adopta un Hoyo, nunca están faltas de nuevas fotos de ‘cráteres’ a través de toda la isla. Aún con su toque de humor, hacen un gran servicio público sirviendo como una triste bitácora de las pésimas condiciones de las carreteras.
Ante las constantes denuncias que inundan la prensa y redes sociales, el DTOP presentó una nueva aplicación para reportar hoyos. La herramienta en teoría es muy útil, mas sin embargo, ha tenido un impacto hasta ahora limitado debido a la falta de coordinación y respuesta de las autoridades.
Costo a la vida y propiedad
Las constantes reparaciones de gomas, alineamientos y reparaciones causadas por los hoyos representan una fuerte carga económica en un momento en que el costo de la vida estrangula a la inmensa mayoría de la clase trabajadora. Las aseguradoras, en su mayoría, no cubren este tipo de daños, lo que deja a los ciudadanos con la carga.
Recientemente, en una situación profundamente lamentable y que bien se pudo prevenir, un motociclista perdió la vida al caer en un hoyo en una carretera estatal. Su caso tristemente no es el único. El estado de las carreteras en Puerto Rico no es una amenaza para la vida, sino una causa probada de muertes que simplemente no puede seguir ignorándose.
Más allá de las incomodidades diarias, el deterioro de las vías representan un peligro constante para la vida de los ciudadanos y un obstáculo para el desarrollo económico de la isla. Los conductores viven con miedo de transitar por carreteras deterioradas, afectando a su vez el comercio local.
¿Cómo volver a la vía del progreso?
La crisis de las carreteras en Puerto Rico es un problema multifacético que afecta tanto la seguridad como la estabilidad económica de la isla. Miles de hoyos sin reparar y obras detenidas por años enfrentan a la ciudadanía con peligros constantes al movernos por las vías públicas.
Las denuncias y protestas ciudadanas evidencian nuestra frustración y la voluntad a tomar cartas en el asunto de un pueblo que está cansado de esperar por soluciones que se quedan en la rueda de prensa, el comunicado, y las promesas de campaña.
La Alianza está comprometida en asumir el reto y enfrentar décadas de negligencia para asegurnos no solo de que se reparen las carreteras, sino que se viabilize una transformación que priorice el bienestar y seguridad de todos.
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