La Sentencia del Tribunal de Apelaciones confirma muchos de los planteamientos presentados por Victoria Ciudadana y el PIP durante varios meses, mientras que desmiente múltiples de las aseveraciones realizadas por el bipartidismo corrupto.

En primer lugar, el tribunal apelativo confirma que se trata de una demanda seria, cuyos argumentos tienen que ser evaluados en sus méritos por los tribunales.

En segundo lugar, la sentencia también confirma que de ninguna forma, Victoria Ciudadana, el PIP, Juan Dalmau ni Manuel Natal, promueven las alianzas o las candidaturas coligadas como una manera de hacer trampa o buscar un ventaja indebida. Por el contrario, los jueces reconocen el carácter íntegro y la honradez de los demandantes.

Ahora bien, no podemos estar de acuerdo con la decisión del Tribunal mediante la cual concluye que se justifica la prohibición de las alianzas basado en un “balance de intereses”. Resulta revelador que el tribunal —al hacer ese “balance de intereses”— reconoció que en el pasado no existió como tampoco existe en el presente el riesgo de ventaja indebida o de trampa. Su preocupación es en cuanto al futuro, por lo cual podemos concluir que es precisamente en referencia a las posibilidades de trampas futuras de parte de ese bipartidismo corrupto. El Gobierno, el PNP y el PPD fueron incapaces de responder las preguntas de los jueces sobre cuáles son los intereses que se buscan proteger al prohibir las alianzas. La única expresión fue que el PNP no las puede permitir. De eso fue testigo la mayoría del País. Si el bipartidismo corrupto no pudo justificar sus propias acciones anti-democráticas, cómo entonces puede un Tribunal adjudicar la controversia sin haber recibido respuesta alguna sobre los intereses que dicen proteger al limitar mediante legislación la libertad de asociación.

Los equipos legales de Victoria Ciudadana y el PIP se estarán reuniendo inmediatamente para evaluar la Sentencia y recomendar posibles cursos de acción. Como hemos dicho desde el primer día, independientemente del resultado de los procesos legislativos o judiciales, ¡La alianza va!