En un relato que parece no tener fin, se ha llegado al cierre del último capítulo en torno a la enmienda del Código Electoral. A pesar de los dos años y medio de gobierno bajo la administración PNPPD, el Código Electoral permanece sin modificaciones sustanciales. Este proceso ha estado plagado de luchas internas entre partidos políticos y una evidente obsesión por mantener un control absoluto sobre el sistema electoral. Estas acciones, una vez más, ponen en evidencia una realidad que venimos sosteniendo desde el 2020: el interés por un código electoral más equitativo y democrático es escaso, y en su lugar, prevalece la preferencia por mantener el status quo o realizar ajustes mínimos que favorezcan aún más el control electoral en las futuras elecciones.

En esta ocasión, el gobernador ha justificado su veto alegando que el proyecto restringe el acceso al voto adelantado para aquellos electores menores de 75 años, una explicación que resulta poco convincente. En primer lugar, el código actual, redactado y aprobado por el PNP, establece que la edad para el voto adelantado es de 80 años. En segundo lugar, lo que el gobernador omite es que la Comisión posee actualmente la autoridad para aprobar nuestra propuesta de ampliar el acceso al voto adelantado a cualquier individuo mayor de 18 años. Sin embargo, el PNP parece mostrar una contradicción al no estar de acuerdo con que los electores sean mayores de 75 años, pero tampoco con que esta opción esté disponible para todos los votantes pues se opusieron a nuestra propuesta. Sus intenciones son evidentes.

Desde nuestra oficina, continuaremos dandole voz al reclamo de un electorado que exige una reforma electoral verdadera. Más allá de los espectáculos políticos que hemos sido testigos en este cuatrienio, que nos han dejado precisamente en la misma situación en la que nos encontrábamos en noviembre de 2020, reafirmamos nuestro compromiso de seguir luchando por un cambio real y significativo en el sistema electoral.