osé Bernardo “Betito” Márquez está en su primer cuatrienio como Representante por Acumulación y se ha destacado por proponer soluciones innovadoras, fiscalizar los fondos públicos y defender la educación, la seguridad y las oportunidades para la juventud.
Comentario sobre José Celso Barbosa
2023-07-27T09:42:00.000-04:00
Buen día. Agradezco el espacio que propicia la Red de Descolonización del Movimiento Victoria Ciudadana para pensar y repensar la figura de José Celso Barbosa. Soy de los que trata casi siempre de verdaderamente revisitar a estas figuras cuyos nombres y obras hemos ubicado en nuestros calendarios, y esta ocasión me permite hacerlo con Barbosa.
Hay una cita en el musical de Hamilton que, desde que la escuche, me resuena cuando repaso algunas figuras históricas. En la canción "The World Was Wide Enough", que escenifica el duelo a muerte entre Aaron Burr y Hamilton, Burr comenta y resiente solo ser recordado en sus errores. Dice que la "historia" oblitera, "history obliterates", es decir, borra, anula, arrasa.
Eso puede ocurrir para bien o para mal. En el caso de Burr, para mal. "History obliterates, and every picture it paints, it paints me in all my mistakes", dice Burr en la canción.
Se nos hace una invitación a recordar y repensar la figura de José Celso Barbosa que me hace preguntarme sobre esa brocha grande con que se puede pintar a alguien.
Con la brocha del fenecido periodista estadista Ismael Fernández, Barbosa representó "liderato", "voluntad recia", "capacidad intelectual" y "visión" para fundar un partido estadista y constituir un movimiento de lo que debía ser Puerto Rico.
Con brocha del amigo y Senador Rafael Bernabe en su libro Puerto Rico en el Siglo Americano, "Barbosa y su partido" representaron un (cito) "proamericanismo ciego con la esperanza de que, a la larga, el Congreso los liberara de la subordinación colonial y les concediera el privilegio de sumarse a la Unión".
No tengo formación histórica suficiente sobre Barbosa y su tiempo para matizar esos debates sobre las virtudes personales y las estrategias políticas de ese periodo histórico. Lo que sí puedo decir es que me considero una especie de relevista de ese pensamiento político que Barbosa origina y que pudiéramos llamar un estadoísmo pragmático.
Ese estadoísmo es muy distinto a los estadoísmos con los que se juega ping-pong en la discusión pública habitual.
Por un lado vemos el estadoísmo utópico de cierto sector estadista que idealiza y romantiza a Estados Unidos y sus símbolos, sin cuestionamiento ni reflexión ni criticidad alguna. Querer ser estado es conseguir el american dream, es querer vestir una camisa polo con 51 estrellas, celebrar el 4 de julio con un barbecue en el patio o cantar "God bless America" en los juegos de pelota.
Por el otro lado vemos cómo cierto sector anti-estadista presenta un estadoísmo distópico, que solo observa y comenta los aspectos problemáticos de la sociedad estadounidense con tal de desalentar ese ideal. Querer ser estado es querer unirse al racismo, al intervencionismo, a la violencia con armas de fuego, al fundamentalismo religioso, al retroceso del Tribunal Supremo federal, entre otras cosas.
El estadoísmo pragmático de Barbosa no se coloca en ninguno de esos dos polos. En pleno cambio de siglo y dominio político entre España y Estados Unidos, Barbosa ve diferencias significativas у valiosas entre ambos sistemas. Ve en Estados Unidos un (cito) "caudal de derechos... leyes e instituciones", así como progreso social y económico.
Ve en Estados Unidos una federación, un "concierto de pueblos", dentro los cuales Puerto Rico puede y debe aspirar a la "autonomía del Estado" y al mismo tiempo a una igualdad de derechos, por lo que dirá que "las libertades y derechos son patria también".
Hay cierto realismo en las consecuencias concretas que Barbosa visualiza en el independentismo y la propia influencia internacional de Estados Unidos. (Esto lo menciona Bernabe tambien). ¿Valía la pena un nacionalismo político que a la larga redundara en una (cito) "humilde republica al antojo, a la voluntad y capricho del Congreso de los Estados Unidos"? Barbosa anticipa desde temprano las limitaciones reales de una "descolonización clásica".
De otro lado, no coincide con la amenaza cultural atribuida desde entonces a la estadidad, pues dirá que "ni el Neoyorquino, ni el Marilandés, ni el Texano, tienen que sacrificar un ápice de su patriotismo local (patriotismo regional, dirá también) por el hecho de formar parte de la Nación americana, sin perjuicio de pensar y de sentir como neoyorquinos, marilendeses y texanos en lo que a New York, Maryland у Texas interesa".
En fin, que ninguno de los dos estadoísmos sobre-simplificados en la opinión pública le hacen justicia a las consideraciones, aspiraciones y posibilidades que visualizaba Barbosa en la estadidad, así como muchos estadistas contemporáneos.
Estadidad no como utopía pero tampoco como distopía, sino como proyecto político y ciudadano del cual participar y a través del cual aportar a una sociedad más equitativa. Eso incluía aspiraciones adicionales a los derechos civiles y sociales, como la justicia económica y la justicia racial.
En eso también, debo decir, me identifico con Barbosa. Su lucha por la descolonización mediante la estadidad no se da en un vacío, sino que se engloba con otras aspiraciones de justicia y progreso social, mediante sus aportaciones al movimiento cooperativista y a combatir el racismo.
Como estadista, ese pragmatismo y ese realismo me sigue pareciendo relevante hoy, a la vez que representativo de un amplio sector del pueblo de Puerto Rico. No es que negamos los defectos del sistema político estadounidense, ni sus retrocesos sociales, ni sus contradicciones históricas... reconocemos esos desafíos de la misma en que se pueden identificar otros en países de cierta antigüedad... pero vemos mayores espacios de participación, influencia y avance social en la estadidad que en otras alternativas.
Así que se trata de reconocer las distintas alternativas no como fines en sí mismos, sino como medios y herramientas con las cuales darle forma a la sociedad que aspiramos.
Se puede estar o no de acuerdo con la posición, con su viabilidad o con estrategias "acomodaticias" o, más bien, "confrontacionales". Pero lo menos que debemos hacer es intentar observarlo en su justa perspectiva y mediante una consideración seria a la trascendencia y arraigo de ese pensamiento.
Desde ahí, quizás podamos evitar obliterarlo de un lado o de otro... y recordarlo y honrarlo como un hombre en sus tiempos pero no de sus tiempos, cuya inconformidad con el statu quo y dedicada lucha por adelantos sociales lo impulsa hacia nuestro presente y mantiene su figura y sus ideales vigentes.
Mis respetos y agradecimientos a la labor de vida del Dr. José Celso Barbosa, y a ustedes por su presencia hoy.